viernes, 12 de noviembre de 2010

El Informe Iron Montain

El controvertido Informe Iron Mountain: sobre la Posibilidad y Conveniencia de la Paz es un informe de origen disputado.
La versión oficial afirma que es una falsificación perpetrada el año 1967.
La versión extra-oficial asegura que es un documento publicado originalmente en 1966 supuestamente por el Hudson Institute a solicitud del entonces Secretario de Defensa, Robert McNamara, miembro del Consejo de Relaciones Exteriores y la Trilateral y ex-presidente del Banco Mundial.
En 1961, según esta versión, la Administración Kennedy ordenó un estudio clasificado “Top Secret” para determinar los problemas con los que se enfrentarían los EEUU si el mundo se trasladara de una era de guerras a una edad de paz estable y permanente. Y no únicamente los EEUU, sino todo el mundo, en conjunto.

En 1963 la selección de especialistas habría sido realizada. El grupo final consistiría en 15 expertos en varias disciplinas académicas seleccionados por su experiencia en sus respectivos campos.
Durante dos años y medio, los componentes del grupo mantuvieron citas regulares hasta que a finales de marzo de 1966 quedó redactado el informe final, destinado en principio a funcionarios gubernamentales de alto rango.
Su primera y última reuniones se habrían celebrado en un refugio de supervivencia nuclear llamado “Iron Mountain”.
El Presidente Lyndon Johnson, según dicen, dio la orden de que el informe no fuese nunca emitido, debido a la naturaleza de las conclusiones alcanzadas.
Uno de los hombres implicados en este estudio decidió sacarlo a la luz pública, bajo el nombre de John Doe con gran riesgo para su vida.
Entre los que en su momento le dieron credibilidad hubo varios periodistas del “The New York Times”.
El informe se volvió a publicar en 1996 por Leonard Lewin (The Free Press, Nueva York) quien decía que él mismo había sido el autor, tratando de “tranquilizar” a la población.
La autenticidad del texto puede ser motivo de discusión, pero su contenido es tan profético y clarificador que merece ser estudiado con detenimiento.

Según este Informe la guerra constituye el principal eje vertebrador de las sociedades modernas, desempeñando una serie de funciones militares pero, sobre todo, no militares -económicas, políticas, sociales, culturales, científicas, ecológicas- indispensables para su estabilidad y supervivencia.
De esta manera se logra el llamado “equilibrio social”. Equilibrio definido como “la existencia necesaria de clases, con una clase pobre siempre en lo más bajo, y una clase alta, siempre en lo más alto.”
El informe parte de la base de que para mantener la estabilidad -política, económica, sociológica,…- es absolutamente necesaria una “amenaza”.
Esta amenaza esencial ha de ser suficientemente aterradora y verosímil para ser efectiva. Literalmente dice: “el “enemigo alternativo” debe implicar una amenaza de destrucción lo más inmediata, tangible y directamente percibida”.

FUNCIONES DE LA GUERRA

Además de la función visible y obvia, la guerra tiene implícitas otras funciones no-militares, críticas para la transición hacia una condición de paz permanente.


1.Funciones económicas:

“La guerra ha brindado, tanto a las sociedades antiguas como a las modernas, un sistema confiable para estabilizar y controlar las economías nacionales”.

“La producción bélica es progresista debido a que construye una producción que, de otra manera, no se hubiera realizado”. David T. Bazelon, “The Scarcity Makers”

“La producción bélica tiene un efecto sólidamente estimulante más allá de sí misma. Lejos de constituir un drenaje “desperdicial” sobre la economía, el gasto de guerra, si es considerado pragmáticamente, constituye un factor de efectos consistentemente positivos sobre el aumento del producto bruto nacional y sobre la productividad individual”.

“La guerra es y ha sido el estabilizador económico esencial de las sociedades modernas”.


2.Funciones Políticas:

En este terreno, la función de la guerra -según afirma el Informe- es esencialmente organizacional. “Esto lo realiza esencialmente brindando una amenazante necesidad externa para que una sociedad acepte ser gobernada políticamente. Al hacerlo establece la autoridad del gobierno para controlar a sus ciudadanos”.

“La autoridad básica del estado moderno sobre su población reside en sus poderes de guerra”.

“Existen, en verdad, buenas razones para creer que los códigos de ley tuvieron su origen en las reglas de conducta establecidas por los militares victoriosos hacia sus enemigos derrotados, que luego se vieron adaptadas para aplicarse sobre todas las poblaciones sujetas”. L.Gumplowicz, “Historia sobre las Teorías del Estado”.


3.Funciones Sociológicas:

De entre las funciones de la guerra en este campo, “la más obvia es el uso tradicional de las instituciones militares para brindar a los elementos antisociales un rol aceptable dentro de la estructura social”.
La guerra como “controlador indispensable de las peligrosas disidencias sociales y las tendencias antisociales destructivas.

“Los elementos más jóvenes y peligrosos de estos grupos sociales hostiles se han mantenido bajo control por el Sistema de Servicio Selectivo (Selective Service System – la conscripción)”.

“Las fuerzas armadas en cada civilización han brindado el principal refugio apoyado por el estado para lo que hoy denominamos personas “no empleables”. El típico ejército permanente europeo (de hace cincuenta años -según el Informe) consistía en “…tropas no aptas para el empleo en el comercio, industria, o agricultura lideradas por oficiales no aptos para ninguna profesión legitima o para conducir un negocio o empresa”.
Según asegura el Informe Iron Mountain, este sistema de conscripción, podría ser utilizado como medio para “mejorar el nivel cultural de los sectores pobres”.

Por otro lado, se afirma que “el sistema de guerra brinda la motivación básica para la organización social primaria. Al hacerlo, refleja a nivel social, los incentivos que hacen al comportamiento humano individual. El más importante de éstos, a efectos sociales, lo conforma la necesidad psicológica individual de lealtad hacia una sociedad y sus valores. La lealtad requiere una causa; una causa requiere un enemigo. El enemigo que define la causa debe percibirse como realmente formidable. En términos generales, el poder que se presume de semejante “enemigo” debe ser lo suficientemente importante como para generar un sentido individual de lealtad hacia una sociedad y debe ser proporcional al tamaño y complejidad de esa sociedad. Hoy en día, por supuesto, ese poder debe ser de una magnitud y terror sin precedentes”.
“Lo que le otorga al sistema de guerra su rol pertinente en la organización social, como en otros campos, es su autoridad sin igual sobre la vida y la muerte”.


4.Funciones Ecológicas:

“La guerra ha sido el principal mecanismo evolutivo para mantener un equilibrio ecológico satisfactorio entre la población humana bruta y los recursos disponibles para su supervivencia”.

“Para conjurar a los inevitables ciclos históricos de insuficientes recursos en materia de alimentos, el hombre pos-neolítico destruye a los miembros excedentes de su propia especie a través de la guerra organizada”.

Sin embargo, “la guerra ha ayudado a asegurar la supervivencia de la especie humana, pero como mecanismo evolutivo para mejorarla, la guerra ha resultado casi increíblemente ineficiente”.

“Muchas enfermedades que antes eran fatales a edades procreadoras ahora pueden ser curadas; el efecto de este hecho es que permite perpetuar susceptibilidades y mutaciones no-deseadas. Queda claro que una nueva, cuasi-eugénica función de la guerra se encuentra en proceso de formación y deberá tenerse en cuenta en cualquier plan de transición”.

5.Funciones Culturales y Científicas:

El Informe habla de la constante en el arte y la cultura de alusiones bélicas. Desde las danzas de guerra, a la literatura (Shakespeare), pasando por la pintura (Goya), o la música (Beethoven),…

Y asegura: “Los standards estéticos y morales tienen un origen antropológico común, en la exaltación de la valentía, y en la predisposición para matar y arriesgar la muerte en la guerra tribal”.

Respecto a la ciencia, “no existe ningún adelanto científico de importancia que no se haya visto instigado, aunque sólo sea indirectamente, por los requerimientos de los armamentos”.


SUSTITUTOS DE LA GUERRA

Si el sistema de la guerra como tal desapareciese, se deberían crear instituciones sustitutas capaces de satisfacer las necesidades sociales de las funciones no-militares resueltas por aquella -afirma.
Sin perder de vista que “un sustituto viable para la guerra ha de brindar una amenaza de vida o muerte verosímil, o no servirá para la función social organizadora que cumple la guerra”.
Es decir, la amenaza ha de ser de “una magnitud y terror sin precedentes”, como hemos visto antes.

Los potenciales sustitutos de la guerra se van analizando en el Iron Mountain siguiendo los mismos terrenos que en el análisis de las funciones de ésta. Estos son algunos de ellos:

1.- Un programa integral de acción social, dirigido hacia la máxima mejora de las condiciones generales de la vida humana.

2.- Un programa de investigación espacial gigantesco y sin meta concreta orientado hacia objetivos no realizables. Esto permitiría la inversión de fondos sin límite y sin justificación. Aunque adolece del carácter de amenaza inminente que se considera esencial.

3.- Un sistema de inspección de desarme permanente, ritualizado y ultra-elaborado y variantes de semejante sistema. La organización de mecanismos de inspección podría ser ritualizada de una forma similar a lo que ocurre con los procesos militares establecidos. No habría dificultad en inflar el presupuesto para tales inspecciones hasta una escala militar.

4.- Una fuerza policial internacional omnipresente y virtualmente omnipotente. Podría argüirse que una fuerza policial internacional bien armada que opere bajo la autoridad de semejante “corte” supranacional podría cumplir la función de un enemigo externo. Esto, sin embargo, constituiría una operación militar como los esquemas de inspección ya mencionados y como ellos, seria inconsistente con la premisa de un fin al sistema de guerra.

5.- Una amenaza extraterrestre establecida y reconocida. Semejante amenaza ofrecería la “ultima y mejor esperanza para la paz” etc., al unir a la humanidad en contra del peligro de destrucción por “criaturas” de otros planetas o provenientes del espacio exterior. Y vendría a completar la carencia que presenta el programa de investigación espacial. Se han propuesto experimentos para probar la credibilidad de una amenaza consistente en una invasión desde fuera de este mundo; es plausible que algunos de los incidentes de “platos voladores” más difíciles de explicar en los últimos años hayan sido algunos primeros experimentos de esta clase. (¿Alguien recuerda la “Guerra de los Mundos” de Orson Welles?)

6.- Una contaminación ambiental masiva y global. Podría ocurrir, por ejemplo, que la fuerte contaminación del medio ambiente pudiera eventualmente reemplazar la posibilidad de destrucción masiva por armas nucleares como amenaza principal y más evidente para la supervivencia de nuestra especie. El envenenamiento del aire y de las principales fuentes de alimentos y de agua ya se encuentra bastante adelantado y a primera vista podría representar una solución a este problema; constituye una amenaza que sólo puede abordarse a través de una adecuada organización social y con poder político. Pero se estima que deberá pasar entre una generación y una generación y media antes de que la contaminación ambiental, por más severa que sea, se torne lo suficientemente amenazante a nivel global como para ofrecer una posible base de solución.


CONCLUSIONES

Una vez analizados y evaluados los potenciales sustitutos de la guerra, se llega a las conclusiones.
“Resulta evidente de lo antedicho que ningún programa o combinación de programas propuesto para la transición hacia la paz se ha acercado, ni siquiera remotamente, a los requerimientos funcionales de un mundo sin guerra.
Aunque un sistema proyectado para cumplir con las funciones económicas de la guerra parezca prometedor, no se puede expresar un optimismo similar en las áreas esenciales de la política y la sociología”.

“Cuando se nos pregunta cual sería la mejor manera de prepararnos para el advenimiento de la paz, debemos primero responder tan enfáticamente como sea posible, que no se puede responsablemente permitir que el sistema de guerra desaparezca hasta tanto:

-Sepamos exactamente qué es lo que planeamos colocar en su lugar y.
-Estemos seguros, más allá de cualquier duda razonable, de que estas instituciones sustitutivas servirán sus propósitos en términos de la supervivencia y estabilidad de la sociedad”.

“El sistema de guerra, a pesar de toda su repugnancia subjetiva para importantes sectores de la “opinión publica”, ha demostrado su efectividad desde el comienzo de la historia escrita; ha brindado las bases para el desarrollo de muchas civilizaciones durables e impresionantes, incluyendo aquella que hoy es dominante”.
“Un sistema viable de paz, presuponiendo que las grandes y complejas cuestiones de las instituciones sustitutivas planteadas en este informe resulten tener solución y que la misma sea hallada, aun así seguiría constituyendo un viaje hacia lo desconocido con el riesgo inevitable que se refiere a lo desconocido, independientemente de hasta qué punto esos factores desconocidos resulten controlables”.

“Cualquier condición de paz total genuina, se logre como se logre, sería desestabilizante hasta tanto se demuestre lo contrario”.

“Una ultima conclusión entonces sería que será necesario para nuestro gobierno planificar con profundidad para dos contingencias generales. La primera que es la que se refiere a la posibilidades de una paz general viable; la segunda es la continuación exitosa del sistema de guerra. En nuestra opinión, una preparación cuidadosa para la posibilidad de la paz debería continuarse, no porque tomemos la postura de que el fin de la guerra sería necesariamente deseable, si es que resulta posible, sino porque puede que nos sea impuesta de alguna manera, estemos listos para ella o no”.

El Proyecto Matriz