El 26 de junio de 1997, la escritora británica J.K. Rowling nos dio el mejor regalo que alguien nos haya podido dar en nuestras vidas, nos regaló a su hijo, nos dio a Harry James Potter. Su obra de puño y letra, aquel que fue concebido por una mente que no conoce de límites, una mente dotada de la más inconmensurable e inigualable imaginación.
Una imaginación que es reconocida por personalidades de la talla de Stephen King quien denominó a la serie de libros como “una obra de la que solo una imaginación superior es capaz de hacer”. Asimismo, el crítico literario A.N. Wilson elogió la serie en The Times: “No hay muchos autores con la habilidad dickensiana de JK capaz de hacernos dar vuelta las páginas, llorar –abiertamente, con lágrimas saltando– y unas pocas páginas después reír con chistes buenos [...] Hemos vivido en la década en la que se publicó la más divertida, espeluznante y conmovedora historia infantil jamás escrita”.
Desde el principio Harry se hizo parte de nosotros, se caló en nuestras vidas, en nuestros corazones, en nuestros pensamientos, en nuestro día a día. Con el pasar de los años, Harry fue creciendo con nosotros, cada libro publicado era un año más en su vida y en la nuestra, un año más en Hogwarts –nuestro hogar–, un año más de aventuras arriesgadas y peligrosas junto a sus inseparables amigos, Ron y Hermione.
A través de Harry Potter, nuestra J.K. Rowling logró lo que para cualquier escritor sería su mejor recompensa, nos motivó a leer. Miles y miles de niños, niñas, adolescentes y adultos en todo el mundo leyendo una misma historia, la historia del niño que sobrevivió.
El incremento del hábito de la lectura entre los niños y jóvenes ha sido la tendencia más destacada que se le atribuyó a Harry Potter. Así lo confirmó Charlie Griffiths, director de la National Literacy Association, quien dijo “cualquiera que persuada a los niños a leer debería ser atesorado, y lo que Rowling nos ha dado con Harry Potter es por poco un milagro”. Por su parte, el Primer Ministro británico, Gordon Brown, alabó a la escritora diciendo: “Creo que J.K. Rowling ha hecho más por la literatura que ningún otro ser humano”.
Así como el malvado Lord Voldemort creó sus Horrocruxes, nosotros también creamos los nuestros, esos siete libros son nuestros siete Horrocruxes particulares, cada muerte descrita en cada uno de ellos fragmentó nuestra alma, cada libro guarda un pedazo de nuestra esencia, nuestras lágrimas. Nuestro agradecimiento eterno e infinito a J.K. Rowling, “always”.
Harry, muchísimas gracias por enseñarnos que no importa las condiciones en las que uno nace, sino lo que llega a ser cuando crece. Por recordarnos que la felicidad se puede hallar hasta en los más oscuros momentos. Por explicarnos que quienes nos aman jamás nos dejan y siempre estarán en nuestro corazón. Gracias por habernos regalado la infancia/adolescencia/adultez más maravillosa del mundo.