En los últimos años las expresiones narrativas como el cine y la literatura han sufrido grandes cambios en su estructuración; la utilización de la no linealidad como recurso para contar historias le ha aportado un nuevo aire a la narrativa interesando a un nuevo público en la complejidad de este tipo de relatos. Sin embargo, esta aparición no es algo tan reciente, aunque ha sido impulsada por el advenimiento de los medios electrónicos, los sistemas multimediales así como por el hipertexto e influenciada por los descubrimientos de la física cuántica que replantean las estructuras espacio temporales y han abierto, con ello, la posibilidad de nuevas estructuras narrativas, que siguen lógicas paraconsistentes o se articulan de acuerdo a la imaginería con que la lógica modal y sus semántica de mundos posibles –pensemos en Kripke– resuenan en autores tan importantes del cine postmoderno, y en las filmografías claramente de tesis se han prodigado para poner en operación estos nuevos dispositivos retóricos, generadores no sólo de nuevas historias o relatos, sino de nuevas formas en que estas se articulan, pasando, por momentos, la articulación a tener más importancia que lo articulado, de allí que se pueda decir con propiedad que estamos ante un cine formal, esto en el mismo sentido de cómo se habla de lógica formal.
Sentado esto añadire que, la ruptura con la razón totalizadora supone el abandono de los grands récits, es decir, de las grandes narraciones, del discurso con pretensiones de universalidad, y el retorno de las petites histoires. Tras el fin de los grandes proyectos aparece una diversidad de pequeños proyectos que alientan modestas pretensiones. Aquí se insiste en el irreductible pluralismo de los juegos de lenguaje, acentuando el carácter local de todo discurso, y la imposibilidad de un comienzo absoluto en la historia de la razón. Ya no existe un lenguaje general, sino multiplicidad de discursos. Y ha perdido credibilidad la idea de un discurso, consenso, historia o progreso en singular: en su lugar aparece una pluralidad de ámbitos de discurso y narraciones
Y además, el feroz apetito de este concepto depredador va mucho más allá y constituye un sistema normativo. Una lógica como moral de la realidad o en último término de la narratividad. Sus conceptos han invadido la mayor parte de los centros audiovisuales; posee sus propios teólogos e inquisidores, así como su policía del pensamiento y la creación. Desde hace algún tiempo toda ficción que contravenga aquellas reglas será juzgada como condenable. Sin embargo no hay equivalencia entre la teoría del conflicto y la vida cotidiana.
Es cierto que las gentes se baten en pugnas y entran en competencia; pero la competencia no tiene la capacidad de concentrar en torno a ella la totalidad de los sucesos que le conciernen, no posee tal peso gravitatorio.
Examinemos la cuestión, veamos el tema de la elección; se trata de escoger —la paradoja de la libertad en Sartre—. No nos queda más que escoger; actuar; el personaje no puede cancelarse y volver a su casa, en cuyo caso no habría historia.
Pero el problema es más complejo, no es solo cómo se constituye la historia a partir de la elección, sino si hay más de una historia posible para el universo, en este caso. Cuestión que también —si seguimos a Schopenhauer— es una ficción, dado que la pregunta decisiva que aquí se impone es si podemos querer, en el sentido de elegir lo que queremos.
¿Y si no podemos querer? ¿Que hay de la ética? ¿Que es lo bueno o lo malo? ¿Cuál es el sentido último de la moral?
Para ayudarnos a resolver estas dudas, veremos la presente tesis mexicana sobre la dialéctica mayestática:
Eran cabrones los secuestradores.
Sinjoxis oficial: "Dos policías dedicados a su trabajo han sido asignados a una misión. En esta ciudad han estado sucediendo varios secuestros. Los dos policías tienen contadas horas para llegar al fondo de estos secuestros. Uno de los policías está coleccionando varias pruebas que le llegarán a descubrir quien está detrás de todo esto; lo que llega a averiguar es que su pareja de trabajo está detrás de todo esto. Ahora tienen que decidir si lo entrega a las autoridades antes de que su pareja lo mate."
La tesis no llega a la antítesis por la sintaxis, o dicho de otra manera porque no hay taxis. Con lo cual deduciremos de una forma deconstructiva, dialéctica y sincrética anticipadamente la síntesis: "Los malos son malos y eran cabrones los secuestradores". O como dijo el filósofo "Yo siempre respondo que no".
Y eso adobado con:
Dura acción policial.
Terror en los medios.
Emocionantes tiroteos plomeros.
Impactante sensualidad.
En resumen, una mierda pinchada en un palo que os traigo en rabiosa exclusiva ya emulizada como: Eran cabrones los secuestradores - Cutrefilms 1426.mkv