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sábado, 22 de enero de 2011

La batalla del Yser, 12 octubre-10 de noviembre de 1914 (III)

Viene de: La batalla del Yser, 12 octubre-10 de noviembre de 1914 (II)



Fase final de la batalla del Yser, 26 octubre – 4 noviembre
Las tareas de refuerzo y reposicionamiento de las líneas francobelgas llevó prácticamente una semana, hasta el 31 de octubre. Los alemanes, ante la crecida del Yser y posterior inundación tuvieron que trasladar el grueso de la artillería hacia posiciones más elevadas, junto con el caótico traslado de sus unidades de infantería (IIIr y XXII cuerpos de reserva) hacia posiciones más alejadas de la nueva línea de frente marcada por la línea férrea, Nieuwpoort-Diksmuide. Los alemanes, sin embargo, estaban resueltos a reiniciar los ataques el 29 de octubre. El objetivo fijado para este nuevo ataque era, sin duda, la posición aliada más endeble, el centro del frente donde se encontraban las unidades belgas. El Alto mando alemán buscaba una rotura total. Para ello destinó la práctica totalidad de sus tropas al ataque, incluyendo la 4. Ersatz division –excepto la Marine division, que se mantuvo como retén enfrente de Nieuwpoort. El resto de tropas se destinó al ataque del 30 de octubre. A las seis y media de la mañana del 30 de octubre, y bajo el ‘manto’ de un espectacular bombardeo, se inició el ataque. La primera embestida alemana contra la línea belga consiguió su objetivo. La rompió y creó un amplio hueco entre las poblaciones de Ramscapelle y Pervyse, cayendo al poco del lado alemán. La 2ª división belga estaba deshecha. Su situación crítica. Sólo el contraataque de cuatro batallones belgas y franceses al mando del general Grosetti, comandante de la 42ª división francesa, logró taponar a duras penas la brecha abierta por la infantería alemana. A media tarde del 30, otro contraataque francobelga llegó a la puertas de Ramscapelle, donde hasta últimas horas de la noche hubo intensos combates.
Esa fue la situación en el centro de la línea. Los flancos aliados habían logrado contener los ataques alemanes de la Ersazt division y del XXIIº cuerpo de reserva. Lo peor había pasado. La intención alemana era continuar los ataques a la mañana siguiente, 31 de octubre, pero los informes que llegaron al cuartel general del IIIr cuerpo de reserva desaconsejaban proseguir los combates debido a la paulatina y amenazadora crecida del Yser. La situación también era crítica para los alemanes: la crecida contínua del Yser amenzaba con aislar las tropas de vanguardia con las posiciones más alejadas, allende el este del Yser. El mando alemán decidió ordenar la retirada de todas las tropas a las zonas altas situadas en la orilla este del Yser. A la mañana del 31, las fuerzas francobelgas volvían a estar en posesión de Ramscapelle, Pervyse y la zona del ferrocarril. Lo mismo sucedió con las tropas del XXIIº situadas en la orilla oeste del Yser, al norte de Diksmuide. La noche del 1º de noviembre se vieron obligadas a retirarse a posiciones más elevadas. El 2 de noviembre, los alemanes solo conservaban al oeste del Yser, Schoorbake y dos granjas al norte de Diksmuide. Los flancos aliados, donde aún se conservaban los puentes sobre el Yser, los primeros días de noviembre, especialmente el 3 y el 4, vivieron pequeñas escaramuzas en el sector de Nieuwpoort, cuando Lombardsijde fue ocupada pero recuperada al poco. Los franceses atacaron el 3 y 4 de noviembre la posición de Schoorbakke que los alemanes consiguieron retener.

Batalla final y la estabilización del frente de Flandes, 8-20 noviembre de 1914
El ‘definitivo’ ataque alemán contra Diksmuide comenzó el 10 de noviembre. Lo llevarían a cabo la 4ª división Ersatz y el XXIIº cuerpo. La guarnición que defendía Diksmuide (unidades de infantería belga y los ‘fusiliers marins’ franceses) fue reforzada con tropas coloniales francesas. El bombardeo de Diksmuide, previo al ataque, comenzó al alba. A las siete y media de la mañana comenzó el ataque de la infantería alemana. El primer embite fracasó. El mando alemán tomó medidas extremas: a las nueve y media se reanudó el ataque artillero. El brutal bombardeo obligó a la guarnición francobelga a ‘desalojar’ el suburbio este de Diksmuide. Eran la una del mediodía. Después de un breve intervalo, los alemanes atacaron de norte a sur por la zona este. Durante la tarde se registraron durísimos enfrentamientos por toda la localidad, casa por casa. Cuando cayó la noche lo que restaba de Diksmuide, sus ruinas, estaban en manos alemanas. Las tropas francobelgas se retiraron al oeste de la localidad y cruzaron el Yser, volando los puentes después de cruzarlo. Los alemanes apenas persiguieron la retirada francobelga hacia el Yser. El botín era cuantioso: los alemanes habían 1.400 prisioneros aliados y mucho material. Más hacia el sur, en la línea Bixschoote-Langemarck, los ataques fueron esporádicos y de pocas ganancias. Fueron los últimos coletazos de la campaña del Yser. Los planes del Alto mando alemán para alcanzar los puertos del Canal y rodear el flanco izquierdo francobelga habían fracasado gracias a la meritoria y épica defensa de la fuerza combinada aliada. No les fue mejor en el sector de Ypres. Los combates en el Yser fueron sangrientos. Los belgas tuvieron 18.000 bajas, los franceses 5.000, contando con la acción en Diksmuide del 10 de noviembre, y los alemanes perdieron unos 28.000 hombres, entre heridos, muertos y desaparecidos.

Fuentes:
- Essen, Léon van der. L'invasion allemande en Belgique : de Liège á l'Yser. Paris : Payot, 1917.
- Le Goffic, Charles. Dixmude: un chapitre de l'histoire des Fusiliers Marins (7 Octobre - 10 Novembre 1914). Paris : Plon-Nourrit, 1915.
- Pirenne, Jacques. Les Vainqueurs de l'Yser. Paris : Payot, 1917.
- Yser and the belgian coast. Clermont Ferrand : Michelin, 1920

miércoles, 12 de enero de 2011

La batalla del Yser, 12 octubre-10 de noviembre de 1914 (II)


Los primeros estadios de la guerra del Yser
El traslado del IVº ejército alemán por vía férrea finalizó el 13 de octubre. El 17, y tras largas marchas, alcanzaron el sector de Bruges-Thielt, al este de Courtrai. El IIIº de reserva alemán se movía en dirección este desde el eje del avance alemán, mientras su flanco mantenía el avance a lo largo de la costa, y flanco izquierdo estava a tocar de Roulers, lo que ocultó el avance del grueso del recién creado IVº ejército. Con objeto de equilibrar el avance, se ordenó una corrección este-oeste en dirección al mar del Norte. El 15 los alemanes ya habían tomado Ostende. Al día siguiente, 16 de octubre, la vanguardia alemana ‘contactó’ con la caballería belga y con los puestos avanzados que tenían los belgas al este del Yser. Después de dos días de combates y refriegas, los alemanes obligaron a los belgas a retirarse hasta la orilla este del Yser. 
El 18 de octubre, los combates ya revistieron una mayor dureza. Los belgas, divisiones 1ª, 2ª y 4ª, que defendían la línea de frente desde la línea costa hasta Diksmuide (Dixmude) intentaron contener los embistes de las vanguardias del IIIr cuerpo de alemán, que tenía órdenes de tomar como fuese la población de Veurne (Furnes), unas millas al interior de la línea defensiva belga. Los alemanes consiguieron llegar a las posiciones de la orilla izquierda del Yser, aproximadamente hasta la línea de frente Lombardsijde-Mannekensvere-Schore-Keiem. La línea aguantó hasta la caída de la noche, pero horas después los alemanes capturaban la zona interior de la línea, Schore y Keiem. Keiem fue recuperada esa misma madrugada. Los ataques se retomaron a la mañana siguiente: tropas del XXIIº de reserva alemán se desplazaron al sur de la línea, en ayuda del IIIº de reserva, y se enfrentaron a contingentes franceses y belgas en el sector de Diksmuide. Keiem y Beerts cayeron a primera hora en manos alemanas, pero esta última fue recuperada al mediodía por la 5ª división belga y tropas de los ‘fusiliers marins’ franceses que se vieron, sin embargo, obligadas a recular a posiciones más arreseradas ante la fuerza del ataque enemigo, el XXIIIº cuerpo alemán. En este flanco de la línea, todas las tropas aliadas, excepto los ‘defensores’ de Diksmuide, se retiraron a la orilla oeste del Yser. 
El 20 continuaron los enfrentamientos en toda la línea, aunque con especial dureza en el sector de Diksmuide, donde tropas de los cuerpos XXIIº y XXIIIº fueron rechazados con grandes pérdidas por la guarnición de ‘fusiliers marins’ franceses que se habían hecho cargo de la defensa de Diksmuide. Al norte del sector, en Lombardsijde, unidades del IIIº cuerpo reforzadas con tropas de la 4º división Ersatz atacaron con dureza, pero sin resultados concretos. El IVº ejército alemán estaba completamente desplegado a lo largo del Yser. La 4ª Ersatz division frente a Nieuwpoort, el IIIr cuerpo de reserva en Keiem, el XXIIº de reserva en el sector de Beerst y el XXIIIª al este y sudeste de la posición de Diksmuide. En total siete divisiones con una potencia de fuego de 700 piezas de artillería frente a cinco divisiones belgas con prácticamente la mitad de artillería, 300 cañones. 
El 21 de octubre, y después de un potente bombardeo nocturno, tropas alemanes avanzaron a lo largo de toda la línea. Belgas y franceses lograron, sin embargo, contener el ataque a fuerza de graves pérdidas. No obstante, esa misma noche unidades del IIIr cuerpo alemán lograron cruzar el Yser al norte de Tervaete, gracias en parte al fuego de cobertura de su artillería que se había aproximado – hábilmente - a la zona de combate, junto con compañías de ametralladoras que sostuvieron el franqueo del río. La 1a división belga lanzó un infructuoso contraataque que permitió a los alemanes no sólo defender las posiciones recién adquiridas sino capturar el 23 de octubre la población de Tervaete, más al sur. Para contener el avance alemán se dispuso de la 3a división belga, en reserva, pero apenas logró ningún éxito defensivo. La 42ª división francesa, que había logrado un exitoso contraataque al este de Nieuwpoort ese mismo día, fue trasladada al sector de Tervaete por el Alto mando belga con el fin de atacar sin cuartel el flanco izquierdo de las unidades alemanas que habían cruzado el Yser para lograr un posible repliegue. La contraofensiva francesa, respaldada por fuerzas belgas de la 4ª división, aunque no logró la retirada alemana a la orilla este del Yser, consiguió pequeños avances. Los combates eran de una gran violencia, y el 24 de octubre al atardecer ambos bandos rebajaron el nivel de intensidad. El cansancio era generalizado. La 4. Ersazt division en Nieuwpoort y las unidades del XXIIº de reserva alemán no habían conseguido ningún avance significativo. Especialmente cruenta fue la lucha por Diksmuide, que los franceses defendieron de una forma cuasi épica, rechazando 15 ataques alemanes solo el 24 de octubre. 
Durante los duros combates por Diksmuide, la artillería alemana había reducido la población a cascotes. El ejército belga también había sufrido sobremanera. En varios días de combate había perdido una cuarta parte de sus tropas y la artillería había quedado reducida a la mitad, con apenas reservas para 160-170 proyectiles por pieza. La situación era francamente desperada, lo que llevó al Alto mando belga a tomar medidas extraordinarias, sobretodo ante la dudosa perspectiva de poder sostener el nivel de combates mantenidos hasta el momento. 
El 25 de octubre se tomó la decisión, atribuida –según la leyenda- al general Foch, de abrir las esclusas del Yser con el objeto de anegar e inundar el sector al este del ferrocarril de la línea Nieuwpoort-Diksmuide y provocar la retirada de los puestos avanzados alemanes. El territorio adyancente al rio Yser, así como la zona que mediaba entre la población de Diksmuide y la costa belga formaba un espesa ‘tela de araña’ de canales, esclusas y terraplenes que hacían del terreno una verdadera pesadilla para cualquier ejército que quisiese avanzar de forma ordenada rápida. Los terrenos de esta zona eran ‘polders’, es decir tierras bajas ganadas a expensas del mar. El nivel de los canales estaba regulado a través de esclusas y bombas que garantizaban el correcto funcionamiento del sistema, que se controlaba esencialmente desde Niuewpoort, donde se encontraban el Yser con el mar. El sector, pues, suponía un verdadero obstáculo para el ejército alemán que ansiaba ocupar definitivamente todo el territorio belga y poner en jaque a las fuerzas aliadas con la conquista y captura del territorio costero francobelga que hubiese amenazado la participación británica en el conflicto. En este sentido, la última y más determinante medida para contener cualquier avance era anegar la zona para convertirla en una inmensa marisma. 
La tarde del 25 de octubre de 1914 se abrieron las esclusas y comenzó a inundarse el terreno entre Diksmuide y el mar. La línea de frente aliada, francobelga, se retiró a las posiciones elevadas de la línea férrea que corría por detrás, con explícitas e imperantes órdenes de sostener la línea como fuese hasta que todo el territorio estuviese inundado.

Continua en: La batalla del Yser, 12 octubre-10 de noviembre de 1914 (III)

martes, 4 de enero de 2011

La batalla del Yser, 12 octubre-10 de noviembre de 1914 (I)


La serie de combates que tuvieron lugar en la zona más septentrional del frente occidental, la zona sudoeste de Bélgica (Flandes), durante el otoño de 1914 recibieron el nombre de batalla del Yser. Los combates de octubre y noviembre en la zona del Yser supusieron el último episodio de las maniobras que recibieron el nombre de ‘Carrera hacia el mar’. Estas operaciones perseguían el adelantarse al enemigo, para así poder rodearlo y derrotarlo, mientras se iba asentando el frente en toda su longitud: desde las fronteras francosuizas hasta el Mar del Norte.
Los fracasos aliados com del ejército alemán durante los tres o cuatro primeros meses del conflicto provocarían una larga, penosa e infernal guerra de trincheras en el frente occidental. La batalla del Yser fue sino el último, de los últimos intentos –inútiles- por evitarla.
El Yser se convirtió en el protagonista pasivo de la penúltima ofensiva alemana por evitar lo que se preveía ya inevitable: el estancamiento operativo y táctico del conflicto con las funestas consecuencias que ello supondría para los contendientes.
En el caso alemán se quería evitar a todo costa el enquistamiento en una dura guerra de trincheras, pero sobretodo una guerra en dos frentes, que ya era una realidad a finales de septiembre de 1914. El objetivo principal del Alto mando alemán (OHL) consistía en arrollar a los restos del maltrecho ejército belga, expulsarlo de su territorio y sobretodo conquistar los puertos del Canal de la Mancha que le darían una ventaja táctica vital sobre británicos, aislando a su contingente en tierras continentales y con apenas posibilidades de avituallamiento desde las islas británicas. La captura de la costa francobelga significaría también la amenaza latente de un posible enbolsamiento de las tropas francobritánicas en el norte de Francia.
Del lado aliado, y después de la ‘balsámica’ batalla del Marne se buscó minimizar y frenar la apisonadora alemana. No existía una estrategia conjunta en cuanto a las operaciones a desarrollar. Tan solo había una clara intención de evitar que el desastre fuese mayor y que los alemanes pudiesen retomar con fuerza su avance hacia lo que quedaba de Bélgica y el resto del norte de Francia.

Después del Marne y el Aisne, los franceses pudieron rehacerse gracias a su red ferroviaria con movimientos de tropas de Alsacia y Lorena hacia el nordeste, los británicos -apenas rehechos de los lances del Marne- carecían de una plan estratégico de acción, y los belgas a duras penas podían mantener en pie un ejército de 50.000 hombres. Con tal situación Joffre y French esperaban tener un respiro para poder establecer puntos en común hasta que amainase la tormenta alemán, que amenazaba con estallar en breve.
Las predicciones fueron correctas, los alemanes estaban otra vez ‘en ruta’.

Génesis
Después de la fallida defensa de Antwerp (Amberes), el ejército belga se vió impelido -dadas las circunstancias- a retirarse, vía Brugge (Brujas) y Ghent (Gante) hacia posiciones allende el río Yser, donde llegó el 12 de octubre. Muy maltrechas, apenas 50.000 hombres y 300 cañones, las divisiones 2a, 1a y 4a cubrían la línea de frente desde el Mar del Norte hasta Diksmuide (Dixmude), con dos brigadas de la 3a división y la 2a división de la caballería como reserva.
Una brigada francesa de los ‘fusiliers marins’ cubría, juntamente, con la 5a división belga, la línea de frente que mediaba entre Diksmuide y Boesinghe, mientras la 1a división de caballería estaba desplegada en toda la línea de frente al noroeste de Ypres. Más al sur (al este de Ypres) se encontraban los territoriales franceses de la 87ª y 89ª división que se habían incorporado a la izquierda del IVº Cuerpo inglés (7ª división y 3ª división de caballería) que venía en retirada desde Ghent, cubriendo el movimiento de ‘repliegue’ belga.
A la derecha del IVº inglés de Rawlinson se encontraba el IIº Cuerpo de Smith-Dorrien. El mismo día 12 de octubre, sus unidades estaban intentando avanzar en la línea Givenchy-Merville, a lo cual tuvieron que desistir debido a la fuerte resistencia que opuso el XIIIº Cuerpo alemán (VIº ejército) al mando de Von Fabeck. A la izquierda del IIº Cuerpo británico, los cuerpos de caballería Iº y IIº llegaron hasta el área de Vermelles y Estaires, al sur de Lys y Merville presionando al IVº de caballería alemán. En la retaguardia quedaba el IIIr cuerpo de caballería británico, que partiendo de St. Omer había alcanzado la zona de Hazebrouck. De hecho, el Ir cuerpo británico todavía no habia alcanzado el punto del rio Aisne. Su transporte se había demorado y no llegó a Flandes hasta el 19 de octubre.
Las tropas anglofrancesas y el resto de ejército belga hacían frente al VIº ejército alemán, al mando del príncipe Rupprecht de Baviera. Compuesto por los cuerpos XIIIº y XIXº, contaba con los cuerpos de caballería Iº, IIº y IVº como tropas de soporte a lo largo del frente. Al norte de este contingente alemán se estaba desplegando el IVº ejército, al mando del duque Albrecht de Württemberg, compuesto por los recién formados XXII, XXIII, XXVI y XVIIº cuerpos de reserva juntamente con el IIIº de reserva procedente de Amberes y la 4º división Ersatz.

El plan aliado
Cuando quedó claro que cualquier operación contra el ejército alemán en el sector de l’Artois y de Flandes requería de la coordinación y apoyo conjunto de las fuerzas francesas, británicas y belgas, Joffre nombró al general Foch como ‘coordinador’ de las fuerzas aliadas y enlace con sus propias tropas y las británicas. El Xº ejército francés al mando de Maud’Huy, situado en las cercanías de Arras, pasó a manos de Foch formando el flanco derecho del ataque, mientras las fuerzas británicas formaban el núcleo central y el pequeño contingente belga en el sector más septentrional, el izquierdo.

El 15 de octubre los franceses crearon el Détachament d’Armée en Bélgique, al mando del general d’Urbal, para aglutinar todas las unidades francesas que luchaban en territorio belga y pronto sería conocido como el VIIIº ejército francés. D’Urbal abriría el camino. Recibió órdenes de iniciar la ofensiva en el eje Roulers-Thorout-Ghistelles tan pronto le fuese posible, mientras los británicos la iniciarían en la línea Courtrai-Menin. Los belgas intentarían, según lo planeado, abrir hueco siguiendo la línea de la costa.

El plan aliado suponía, y contaba, que una gran parte de las fuerzas alemanas perseguirían a los restos del ejército belga después de su retirada desde Antwerp, lo que permitiría a las fuerzas británicas y francesas avanzar hacia el norte para luego, aproximadamente desde Lille, rodear las fuerzas del VIº ejército alemán por su retaguardia como por su flanco izquierdo.

Los hechos posteriores demostraron que semejante plan implicaba una falta total de realismo por parte de los mandos aliados. Ni el ejército belga estaba lo suficientemente preparado, y descansado, como para presentar batalla, ni las fuerzas francesas del recién creado VIIIº ejército estuvieron disponibles en el sector hasta el 23 de octubre. Para ese día, la situación había dado un giro radical. Era evidente que las fuerzas alemanas superaban en número y en capacidad de fuego a las aliadas, lo que decidió al mando francobritánico a ‘demorar’ la planificada ofensiva y a fijar posiciones defensivas en toda la línea de frente con las nuevas unidades que iba llegando.

Continúa en: La batalla del Yser, 12 octubre-10 de noviembre de 1914 (II)