lunes, 18 de febrero de 2013

Solidaridad personificada.

En 2009 María G.E. tenía la vida ‘encarrilada’. Podría decirse que cómoda. Ella es una agente burgalesa del Cuerpo Nacional de Policía, casada con un miembro de esta misma institución y ambos destinados en Burgos, tras varios años dando vueltas por España. Son padres de dos niñas de corta edad.
Ese mismo año se comprometió a trabajar 12 meses en Timor Oriental, bajo mandato de Naciones Unidas. Luego le fue solicitado a España su continuidad de seis en seis meses. María aceptó tres peticiones, hasta completar dos años y medio.
Sin duda esta policía nacional es una mujer inquieta y valiente. Y tiene una marcada vocación de servicio, de sacrificio y de aportar lo mejor de sí donde las cosas están peor. 

El uniforme, para ella, representa mucho más que un trabajo; también un compromiso.
En la capital de aquella media isla del sudeste asiático, dirigió la Unidad Nacional de Personas Vulnerables (maltrato a mujeres y niños, agresiones sexuales, tráfico de seres humanos, pederastia...). A su mando estuvieron un total de 31 agentes internacionales y 87 timorenses.
Echando la vista atrás, ella misma afirma que esta muy satisfecha por lo aportado, aunque reconoce que el joven país, está muy atrasado y ha avanzado muy poco. Afirma también, que el país sobrevive de la ayuda internacional, que recibe mucho dinero, pero a la gente le llega poco. 



Me anorgulloce saber, que en España, y mas concretamente en nuestra ciudad, existen personas, que son capaces de dejar 3 años a su familia, por ayudar a las personas que mas nos necesitan. Es digna de llevar traje de policia, y es la solidaridad personificada.







Silvi